LA ADICCIÓN A INTERNET

Fonte: R24 noticias – EDITORIAL del 13/03/2016 del Por: Ricardo G. A. Zimerman

Un mal que viene aparejado al uso abusivo de las “nuevas tecnologías”

En Marzo de 1.999 nos sorprendió una noticia que saltaba a los periódicos de toda Europa: un italiano que pasó tres días casi sin interrupción navegando por Internet tuvo que ser hospitalizado, con “confusión mental, alucinaciones y delirios”, según el periódico “La Repúbblica”, que lo considera un caso de intoxicación aguda de Internet.
Esta noticia muestra efectos que van mucho más lejos a los que puede producir una adicción de tipo social como Internet, pero en cualquier caso representa una llamada de atención acerca de lo que empieza a conocerse como adicción a Internet, que al parecer afecta normalmente a jóvenes, con buen nivel cultural y solteros. según un psiquiatra de la universidad La Gregoriana de Roma, Tonino Cantelmi, que estima en varios cientos los afectados en Italia.
Internet y el mundo de lo cibernético representan para muchos “enganchados” a la red una actividad lúdica como otra cualquiera, con sus características idiosincrásicas que la hacen especialmente atractiva, que permite que distintas personas puedan disfrutar o entretener determinados períodos de tiempo en esta actividad de ocio, y también de negocio y trabajo. La filosofía de Internet reside en que cada computadora pueda comunicarse independientemente con cualquier otra dentro de la Red. Esto permite acceder a información en cualquier lugar del mundo desde nuestro propio ordenador, y poder permanecer conectados con otras personas a través de software de navegación, mensajes de correo electrónico o intercambio de archivos.
La adicción a Internet puede considerarse una adicción específicamente psicológica, como la adicción al sexo, las compras, al trabajo, los videojuegos, la televisión, etc…, con características comunes con otro tipo de adicciones: pérdida de control, aparición de síndrome de abstinencia, uso excesivo de la adicción, fuerte dependencia psicológica, interferencia en la vida cotidiana y pérdida de interés por otras actividades. En relación con las adicciones en general el psiquiatra Francisco Alonso-Fernández señala que los problemas aparecen cuando “existe una absoluta necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta ansiedad si no se lleva a cabo”. 
El interés y el alcance del problema se ha extendido por la Red de redes y por los medios de comunicación, contabilizándose con más frecuencia nuevas referencias a congresos, casos y estudios relacionados con este problema. Por ejemplo, la Dra. Kimberly S. Young, cifra en unos 400.000 el número de norteamericanos afectados por la adicción a internet, de una población de unos 20.000.000 americanos conectados. Se trataría en general de sujetos jóvenes, preferentemente varones, con un elevado nivel educativo y hábiles en el uso de la tecnología. Se especula con la existencia de un subgrupo de usuarios caracterizado por la timidez, que encuentra en el ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo anonimato que Internet proporciona.
John Suler señala la existencia de dos modelos básicos de la hipotética adicción a internet: por un lado, sujetos muy aficionados e interesados por sus ordenadores que utilizan la Red para escoger información, jugar en solitario, obtener nuevos programas, etc. pero sin establecer ningún tipo de contacto interpersonal como meta específica; por el otro, sujetos que frecuentan los Chats, Moods y listas de correo. Todos ellos tienen en común la búsqueda de estimulación social. Las necesidades de carácter afectivo/afiliativo son las relevantes en este contexto. 
Podría hablarse de un tercer modelo para referirnos a todos aquellos individuos que utilizan Internet prioritariamente para la búsqueda de lugares relacionados con el sexo, aunque en este caso estaríamos refiriéndonos más a una adicción al sexo que al propio mundo de los ordenadores e Internet.
El trabajo de la Dra. Kimberly S. Young. Estructurado en las siguientes partes: 1. Patrones conductuales de uso de Internet, 2. Perfil de personalidad, 3. Razonamiento; 4. Escala de depresión. 5. Escala de búsqueda de sensaciones. 6. Datos demográficos.
La Dra. Kimberly menciona entre los signos de alerta respecto a posibles problemas con el uso de la Red: a) Comprobación compulsiva del correo electrónico, b) tendencia reiterada a anticipar la próxima conexión a la Red, c) quejas de terceros respecto a que se invierte mucho tiempo conectado, d) quejas de terceros respecto a que se gasta demasiado dinero en conexiones a Internet.
A su vez, el trabajo de Viktor Brenner. Marquette University counseling Center and Sunny Buffalo. Milwaukee, WI. Se centró en la investigación sobre los hábitos de utilización de la Red. Diseñó un cuestionario denominado IRABC (Internet-Related Addictive Checklist). Sus resultados ponen en evidencia la existencia de un subgrupo de usuarios que han sufrido variaciones substanciales en sus hábitos de vida atribuibles al uso de la red, sin poder determinar fehacientemente la existencia de un trastorno adictivo.
En cuanto a los tratamientos, se sostiene que es preciso intervenir terapeúticamente conforme a los resultados extraídos del análisis funcional del caso.
En general las técnicas que pueden emplearse en los casos de uso abusivo de internet son:
Control de estímulos: Establecimientos de tiempos límite de conexión. Control del acceso al ordenador. Utilización de contraseñas por parte de la familia. Revisión del correo electrónico con arreglo a determinados criterios. Etc.
Exposición en vivo con prevención de respuestas: Sobre todo en aquellos casos en los que se pretenda una abstinencia prolongada y siempre en las primeras intervenciones terapéuticas. Dependiendo del caso, los sujetos deben exponerse ante el ordenador, apagado, o usado por otras personas, sin poder utilizarlo por el tiempo que se considere necesario.
Ofrecer conductas gratificantes alternativas: Promover otras conductas gratificantes para el sujeto.
Uso de estrategias de resolución de problemas.
Entrenamiento de Habilidades Sociales: en aquellos casos donde se detecte un déficit de habilidades. Suelen detectarse entre usuarios de Internet enganchados a los IRC (Internet Relay Chats), los programas para charlas virtuales.
Reestructuración cognitiva: De todas aquellas creencias irracionales y desadaptativas relevantes en el trastorno.
Otras técnicas: terapia de pareja, autoinstrucciones, estrategias de búsqueda de empleo, etc.
Parece razonable aceptar que existe un grupo de sujetos cuya conducta con relación a la Red es cuando menos preocupante por el uso excesivo que de ella hacen. No obstante esta circunstancia por si sola no puede considerarse como un elemento suficiente para proclamar la existencia de entidades patológicas.
La investigación en esta área es escasa tanto a nivel clínico como experimental.
Mucho más viable es la posibilidad, que algunos autores mencionan, acerca de la existencia de un trastorno de características difusas caracterizado por el uso abusivo de la alta tecnología, que sería en cualquiera caso muy diferente al trastorno que pudiera derivarse en aquellos sujetos que utilizan Internet para frecuentar los chats, MOODS y listas de correo; como se indicó anteriormente, estos últimos tienen en común la búsqueda de estimulación social. Los primeros muy bien podríamos encontrarlos no solamente ligados al ordenador e Internet, sino a todo tipo de dispositivos electrónicos tales como el teléfono móvil, los videojuegos, canales digitales de TV, etc. Aunque, más que de adicción a la alta tecnología, estaríamos hablando de un uso abusivo.

Fonte: R24 noticias